"Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de
una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda
la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las
piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar
únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la
cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en
plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en
alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo
parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público,
por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas."
República libro VII, Platón.
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